Puro Veneno

UN VENENO RECORRE COLOMBIA, EL VENENO DEL URIBISMO 

La Historia de este país es Puro Veneno 

Reconociendo el contexto tóxico y venenoso que nos circunda; sumido entre  dificultades, desigualdad y puñados de políticos que se quieren llevar el mejor  pedazo de la torta, nos erguimos en pos de no seguir soportando a estos  anquilosados reptiles. 

Estos políticos, que miles de personas elijen cayendo en el juego de disfraces, son  los que contaminan las aguas, nos dejan sin educación y muriendonos en la  puerta de los hospitales. Son los mismos que cada cuatro años, a pesar de mudar  de piel, siguen siendo ponzoñosos. 

Los venenosos han hecho de Colombia el segundo país más desigual de América  Latina, con más de trece millones de personas en condición de pobreza. ¿Cómo lo  han logrado? A través de siglos de muerte, despojo y exclusión contra quienes  dicen «representar». Por esto, decidimos tomarnos las calles y las redes para  hacer memoria y desenmascararlos. 

El mayor portador de este veneno es «el número 82», el expresidente Álvaro Uribe  Vélez, quien llegó al poder en el 2002 de la mano de narcos, paracos y élites  regionales. Desde entonces –en el poder bien sea de la mano del estado o de  facto- sigue inyectando su tósigo pese a tener 276 investigaciones pendientes por  masacres, nexos con el paramilitarismo y corrupción. 

Pero él, no solo encarnado como persona – Alvaro Uribe – sino como idea de  país, no ha estado solo, ni antes ni después; lo han rodeado los Santos, los  Pastrana, los Lleras, los Gaviria, Santodomingo y Sarmiento quienes han  gobernado y robado al país. ¿No le suena familiar? Los responsables de Glencor,  Reficar, Odebrecht, la Yidispolítica, el Cartel de la Toga, las licencias ambientales  inconsultas, el narcotráfico, la crisis de la salud, Hidroituango, el incremento de los  impuestos y un largo etcétera.  

Hoy sabemos que el veneno toma fuerza con la llegada de Iván Duque y su cúpula  criminal; por ello necesitamos que el revulsivo crezca y se expanda para que  denunciemos con engrudo, pinceles, carteles, colores, aerosoles y todas las  formas de arte cada crimen que ejecuten, cada política que aprueben contra la  gente y cada acto de corrupción que cometan.  

Este manifiesto compuesto por varias piezas gráficas reunidas en un libro, nos  permite declarar que no queremos más corruptos enmascarados, ni más reyes del 

engaño. Estamos cansadas/os de esas familias de sangre fría a las que no les  duele llenar sus bolsillos a costa de los demás, desangrar los territorios y sumergir  en el silencio a todas/os aquellas/os que levantan la voz.  

Desde nuestros corazones reconocemos la necesidad de luchar contra el  fascismo, la exclusión, la injusticia y los atropellos que representan esas  reptilianas familias. Hoy les decimos ¡Ese veneno no nos lo tomamos! No nos  aguantamos más su dominio y manipulación que busca obstruir la construcción de  imaginarios propios. 

El corazón caliente e incendiario combate la sangre fría y sedentaria; las calles  como elemento de agitación política sellan otro milenio. Somos el rumor que se  convierte en información, compartir y difundir es la consigna. Seguimos haciendo  ruido desde el anonimato para proteger y motivar a cualquiera que pueda  adherirse a nuestro propósito de ser una parte del ANTÍDOTO contra las  violencias que se viven en nuestro territorio. 

No olvidamos. Preferimos movernos y actuar como medicina contra la indiferencia.  Tenemos el ANTÍDOTO, somos la resistencia y la dignidad de la gente que  defiende la vida y lucha contra la muerte. 

¡Uribismo Nunca Más!